Los legendarios Barrymore Raid os cuentan en estas páginas algunas de sus andanzas por los raids de aventura y carreras de montaña de la Iberia rural

viernes, 5 de septiembre de 2008

Raid Pelayo Picos de Europa 2008

















Producciones La Patasola


presenta



EL RAID DEL AMOR

Raid de raids. Así decidió la representación Tronador-Barrymore afrontar la carrera de Cangas de Onís.

Los más jóvenes e inexpertos, saldrían a explotar su capacidad física y coger experiencia. Los Barrymore, más profesionales, se involucrarían en una experiencia única, para desarrollar una nueva dimensión en los circuitos de competición, asumiendo un reto difícil y comprometido: el Raid del amor.

Los Tronadores llegaron con tiempo a Cangas, cenando y reponiendo fuerzas para recogerse temprano. Los Barrymore, para no llegar demasiado pronto, se concentraron en Tordesillas, donde establecieron la estrategia de la carrera. Con algo de esfuerzo, casi lograron llegar a la misma hora que la última componente del equipo, que optó por esperar a que pasara la medianoche. Todo perfecto.

Desconcierto en los previos de la carrera: Tronador con su equipo, listos, desgarbados, pero frescos. Fer asistiendo impecable. Barrymore no rompió la primera regla del Raid del amor: se uniformó, se abrazó, y comenzó a buscar una asistencia entre el público, unos mosquetones, un ocho, un arnés, un frontal, y alguna otra cosilla... resuelto todo, la organización nos subió en un autobús, y dio la salida en unos prados, algunos kilómetros más afuera. MIentras los equipos salían, un Barry meaba con la cola orientada a todos los equipos, esperando que sus compañeros, protegiendo la estrategia desde atrás, le alcanzaran. Tronis, primeros, Barry levantó la cola a modo de saludo. La carrera había comenzado.






Pateo durito para abrir boca, desde cota +15m, con una subida que terminó en cota +735m. Las vistas de Picos de Europa nevados, día soleado, horizontes amplísimos... Barrymore pudo señalar e identificar florecillas violetas en la subida. No era opción de Tronis, que cumplían a rajatabla su misión.

Bajada a Covadonga rápida e intensa para coger las bicis. Desde allí, a doscientos metros de la transición, comenzó la etapa previa de treking. Material obligatorio: bici, arnés, y quincalla. La virgen qué rampitas! Para rematar las rampitas, porteo de impresión hasta collado con baliza. Cuando Barrymore se reúne en cima, Carmen entona el grito de equipo: No suelo decir nada, pero esto es una MI-EER-DAA (pronunciése separando sílabas y arrastrando varios segundos las vocales, soltando aire al final).

Hidratación y bajada rápida (se omite en esta crónica el comentario sobre la posibilidad de hacer una baliza optativa en cima próxima) Barrymore despliega su experiencia, y acorta un par de curvas cortando por un prado, esto permite saltarse el primer avituallamiento líquido y sólido de la organización, y garantizar que no habrá agua en los camel más tarde. Primer metro de bajada. Pinchazo. Metro 20, bloqueo de cadena. Kilómetros uno, dos, tres y cuatro, caídas de cada miembro del equipo, según sorteo.

Sección de espeleo: en la cueva, a la que Paco lleva a diez equipos como mínimo, el que escribe decide que tanto foco no concuerda con la norma básica de crear ambiente, y se pone las gafas de sol protección total: después de cagarse en el puto frontal y de pegarse tres veces con diferentes salientes, sigue las observaciones de algún equipo próximo y se desprende de las gafas hasta la salida.

Rampas y más rampas, asfalto y calor. Efectivamente, no hay agua. La cosa no tiene gracia. En el raid del amor, la nostalgia vence, y nos tiramos a un hilo de agua en una vaguadita de la carretera. Mejor cagalera que deshidratación, pensamos: bebemos en abundancia, con sus alguitas y chinitas, y llenamos el camel. Más curvas, más calor, algúna rampa para empujar. Bajadas muy técnicas y rápidas. Algún miembro de Barry olvida por un momento su cometido, suelta los frenos, y se lanza como si de un inexperto Troni se tratara... se lleva por delante a algún competidor -sic- y se detiene algún kilómetro más adelante.

Cuando alcanzan Cangas, asombrados, reciben la noticia de que son cuartos... algo va mal. Rapel espectacular de tres metros, con baliza en medio de tempestuoso rápido. Hay que cruzar a nado el metro que separa la baliza de la orilla, con una profundidad media de 45 centímetros. Escalda vertical, expuesta -a las miradas- con presas en las que uno no mete mucho la mano por si se cae dentro. Para dar grado a la escalada de casi tres metros y medio, la organización asegura a los competidores.
Transición muy rápida. Barrymore sabe que Tronadores cumplen en segundo puesto... A pie de kayak, Barrymore decide obviar el briefing y el mapa, y da con lo que será la clave del éxito: en el Raid del amor, hay que acabar con el ego. Se hacen dos equipos, Maica-Paco y Carmen-Dani. No se picará la baliza 12, con lo que se asegura matemáticamente que nadie pueda quedar por detrás, al incurrir en irregularidad de control, y se concentrarán los esfuerzos en ganar al propio equipo, intentando obtener máximo placer en el agua. Se escuchan risas y puede que algún orgasmo de categoría alma blanca. El equipo Maica-Paco vence en el último rápido... reunión de equipo en la entrega de chalecos, y exhibición pletórica de tarjetas sin picar.
Tiempo de comer y descansar.

Por la noche, los Tronadores salen segundos, muy concentrados. Barrymore hace lo propio en su turno. Sección con bajadas rápidas pero algo técnicas en su primera mitad, fundamental buena iluminación. La segunda mitad, para apretar mucho. En la noche, como no, la experiencia adquirida lleva a Barrymore a cerrar un circuito perfecto: cantando "dale jamón, dale jamón, dale Barrymore que eres todo un campeón", Paco enseña al equipo como se suben los sapitos en las sapitas y juegan a los saltos juntos. Cópulas, estrellas y luna, van dando fin a un éxito sin precedentes.

Los Tronis suben al podio en tercer puesto. Los Barrymore, primeros de su categoría, en décimo tercer lugar.

El domingo, desayuno pantagruélico, compras en el mercado, cervezas, y comilona de la organización.
Muy divertido, muy bien montado todo.

Lo mejor, sin duda alguna, la gente: Javi montando en bici hacia atrás sentado en el manillar, Fer pegándose una paliza por los Lagos, MariCarmen llevando a los Tronis arriba -sin ella no habría podido ser-... Tomás, graciosísimo, fuera de competición.
De los Barrymore, qué decir! Paco, tío, cómo has aguantado la caña que te ha caído, eres un monstruo... Pero personalmente, nuestras chicas, que son una delicia: sin duda, sois lo mejor para el amor.

Y ya está bien, ¿no os parece?
Agur a todos!
Por cierto, el lema Barry quedó también registrado: "Córdoba, a otro ritmo"